Si llevas una vida tranquila y te gusta disfrutar de la calma que te brinda un libro o una buena película, y deseas agregar a tu vida a una mascota que sea tu compañero pero que también se adapte a tu estilo de vida calmado y sereno, entonces un gato himalayo es lo que buscas, pues estos preciosos felinos son amantes de la tranquilidad, no les gusta el ruido, no solicitarán tu atención en cada momento y disfrutaran alegremente de tus caricias.
Características del Gato himalayo
Cabeza del Gato himalayo
La cabeza del himalayo es redonda y maciza, sus orejas son pequeñas y separadas, con penachos de pelo que sobresalen, su hocico es corto, chato y ancho, tienen una nariz pequeña y chata, sus ojos son redondos, grandes y de color azul, con una mirada dulce.
Cuerpo del Gato himalayo
Estos felinos son de tamaño mediano, con un cuerpo robusto y macizo, su peso ideal se encuentra entre los 5 y 6 kg, tienen unas patas cortas y gruesas, siendo las delanteras más largas que las traseras, su cola es corta, redondeada en el extremo y bastante peluda, al igual que el resto de su cuerpo, ya que su pelo es largo.
Su pelaje siempre sigue un patrón, ya que en la máscara de la cara, las orejas, las patas delanteras y traseras, y la cola suelen ser de color marrón foca, azul, rojo, lila, chocolate o tortie, mientras que el resto del cuerpo es más claro.
Comportamiento del Gato himalayo
El gato himalayo es un animal bastante tranquilo, al cual le molestan los lugares ruidosos, movidos y en los que haya mucha aglomeración, son bastante fieles a sus amos pero le tomará un tiempo entregarte su confianza, aunque luego de entablar una conexión contigo te entregará sin duda todo su cariño y afecto incondicional.
Son bastante inteligentes y astutos, aprenden muy rápido y suelen ser obedientes; son animales a los que no les gusta ejercitarse mucho, prefieren estar echados descansando; tienen mucha paciencia por lo cual resultan ideales si hay niños en casa, pues se dejarán peinas, pasear en coches de bebés y estarán dispuestos a jugar.
Historia del Gato himalayo
Los gatos himalayos no nacieron de manera espontánea ni accidental, pues en 1924 un genetista sueco realizó el primer cruce entre un siamés y un gato persa, pero no fue hasta 1935 que pudimos apreciar al primer ejemplar de pelo largo con manchas, esto ocurrió en Harvard, donde dos empleados de medicina estaban estudiando la manera en la que ciertas características son heredadas.
Primer himalayo
Su experimento consistió en cruzar a una hembra siamés con un persa negro, donde todos los gatitos de la camada eran todos negros con el pelo corto, por lo cual decidieron realizar el experimento a la inversa, donde la hembra era una gata persa negra y el macho un siamés, pero obtuvieron el mismo resultado que la primera vez, esto se debe a que tanto los genes del pelo largo como las manchas del persa son recesivos y deben tenerlos ambos padres.
El siguiente paso fue cruzar una hembra de la segunda camada con un macho de la primera, y el resultado fue un debutante, obtuvieron el primer ejemplar que poseía las características físicas y del pelo como el persa, con el patrón de manchas del siamés, aunque este era un poco diferente a lo hoy conocemos como gato himalayo.
Los europeos tenían la misma meta
En Inglaterra también se estaba buscando desarrollar una nueva raza a partir del siamés y el persa, y en 1955 la raza fue reconocida por el Consejo Gobernador de la moda Gatuna con el nombre de Colorpoint Longhair, dicho nombre que posee hasta hoy en día.
Algunas curiosidades
Como pudimos notar, el himalayo es un gato que debe sus orígenes a los gatos persa y los gatos siameses, pero su nombre no tiene nada que ver con el Himalaya, pues este es de origen estadounidense, entonces su nombre surgió del parecido que hay entre su patrón de manchas y las que tienen los conejos Himalaya.
Debido a que el timo de cuerpo que tienen los gatos persas y los himalayos, en 1984 la CFA decidió unirlos en una misma raza, colocando a los himalayos como una variación del persa.
Cuidados del Gato himalayo
Con los himalayos debemos ser bastante cuidadosos, sobretodo tratándose de su pelaje, por lo cual es recomendable bañarlos cada 15 o 30 días, preferiblemente con champú y acondicionador específicos para su tipo de pelo, luego debemos secarlos con un secador asegurándonos que el aire no esté muy caliente, igualmente hay que cepillar su pelaje todos los días para evitar que este se enrede.
Hay que limpiar sus orejas con cierta regularidad, aproximadamente una vez al mes, también debemos asistir a todas las consultas de rutina con el veterinario y asegurarnos de que todas las vacunas de nuestro felino se encuentren siempre al día.